Durante la Semana Santa es muy común
que la mayoría de canales de televisión incluyan entre su programación algún
film sobre la vida de Jesucristo, sus últimos días y crucifixión. Año tras año
suelen ser las mismas películas, con las mismas tramas, sabiéndonos casi de
memoria como fueron los hechos que, sacados de los libros que componen la
Biblia, nos relatan todo lo acontecido en los últimos días del Mesías.
Cuando creíamos saber prácticamente
todo lo relacionado con aquellos días y la Última Cena nos sorprenden con
nuevas revelaciones que nos dan un enfoque bastante distinto a cómo fue y
ocurrió.
Según ha podido traducir el profesor
Roelof van den Broek, un antiguo manuscrito egipcio escrito en copto y datado
en hace 1.200 años aproximadamente, ha desvelado algunos datos hasta ahora
desconocidos sobre la personalidad del propio Jesús y de algunos hechos
acontecidos previamente a la noche que fue apresado para ser llevado a la cruz.
Con lo primero que nos encontramos es
con un baile de fechas, ya que hasta ahora se situaba la acción de la Última
Cena en un jueves y en el manuscrito se señala que fue dos días antes: el
martes. De ser así, haría variar por completo el calendario de Pascua, tal y
como se ha estado celebrando hasta ahora.
Según van den Broek, el manuscrito
también explica el motivo por el cual Judas besó en la mejilla a Jesús para así
señalar quién de todos era a la hora de ser apresado. Pero la razón no es
porque el Mesías era alguien desconocido para los que habían ido hasta allí
para apresarlo, sino porque tenía la habilidad de poder transformarse, cambiar
de formas, fisonomía e incluso volverse invisible.
Poncio Pilato ofreció a Jesús
crucificar en su lugar a su propio hijo.
Y así también consta en otra parte
del manuscrito en la que relata un sorprendente y previo encuentro entre Poncio
Pilato y Jesús unos días antes en la propia casa del prefecto romano, donde
cenaron juntos y en el que éste le ofreció el sacrificar a su propio hijo,
Jesús declinó el ofrecimiento y agradeció el gesto, indicándole que él podía
asumir ese sacrificio y se volvió incorpóreo ante los ojos de Pilato.
A pesar de las nuevas evidencias que
ofrece el manuscrito, descubierto hace un siglo pero que ha permanecido en
manos de un coleccionista privado hasta hace bien poco, el propio profesor van
den Broek afirma que no todos los hechos tenían que haber sucedido de este otro
modo, apuntando que algunas de ellas llegaron a través del boca a boca de los
que vivieron en esa época para ser recogidos unos siglos más tarde.
Cabe destacar que en la Iglesia Copta
existía cierta devoción hacia la figura de Poncio Pilato, lo que no es de
extrañar que a través de las escrituras realizadas por aquel entonces se le
alabase y quedase en buen lugar y no la visión sobre él que el cristianismo ha
mostrado a lo largo de la historia.
Fuentes de
Información
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